Atención a la diversidad: Formación docente

Algo habitual y legítimo

La educación de calidad es una aspiración, un objetivo a conquistar, hacia ello apuntan muchos de los discursos políticos de la mayoría de las naciones. Mientras, en la construcción de ese anhelo trabajan los docentes, diversos pedagogos y las instituciones. Ese horizonte tiene muchos desafíos, a la vez que nuevos aportes pedagógicos se van sumando a las mejores condiciones para lograrlo. Una cuestión imprescindible a considerar en este marco de calidad es la diversidad. Diversidad que, desde una mirada educativa, ha ido creciendo en contenido siendo lo más abarcativa posible.

La Diversidad: es la variedad, la diferencia. Atender la diversidad es atender al otro, reconociendo su originalidad y su individualidad, y esto es algo intrínseco de toda propuesta pedagógica. Por lo tanto, la atención a la diversidad es la atención a lo habitual, lo que naturalmente se da en una clase, lo auténticamente legítimo.

Las diferencias socioculturales se manifiestan no solo por los distintos niveles de ingreso de las familias, sino también por los diversos recorridos en las trayectorias educativas, por los desempeños desiguales que generan múltiples climas educativos en los hogares. Los heterogéneos orígenes étnicos y/o nacionales con costumbres y tradiciones culturales propias. Los hábitos alimentarios y el lugar de residencia. Son todas cuestiones que se deben considerar al hablar de las diferencias, a la vez de contemplar las potencialidades y las limitaciones de todos los estudiantes,  y por tanto considerar la diversidad.

 

Una aproximación

Bazán Campos define la diversidad como “cualidad de las cosas que implica heterogeneidad. Se refiere a las distintas formas de ser o existir que puede lograr una realidad cualquiera”. También habla de la sociodiversidad: “rasgo constitutivo de la realidad social que otorga a la humanidad un sinnúmero de  expresiones y matices en torno a los modos de ser, de convivir, de pensar y de hacer. La diversidad social es un fundamento para la coexistencia, la integración y la inclusión social”.

Los docentes saben que el cambio es lo habitual en su labor, siendo la incertidumbre parte de su entorno profesional. Y es así por la constante necesidad de formación y de conocimiento sobre el mundo que los rodea, y específicamente por la comunidad donde desarrollan sus tareas; la escuela es un reflejo de la sociedad y como dice Bazán; de un sinnúmero de expresiones y matices.

 

Muchos caminos, un solo destino

Una cuestión fundamental que marca una diferencia sustancial en cuanto al trabajo con los educandos es la actitud. Una actitud positiva hacia la diversidad, entendiendo la misma como algo tan natural como respirar. Al decir de López Melero: “no existe cosa más natural que la diversidad. La diferencia es lo normal”; permite trabajar con respeto y tolerancia, lo que favorece un clima de confianza en la comunidad educativa.

Para la atención a la Diversidad es necesaria una búsqueda de estrategias de adaptación de todo el equipo docente para que estas sean eficaces en el entorno educativo. Estrategias que contemplen desde el material y los recursos hasta las capacidades y limitaciones de los estudiantes en procura de lograr una atención integral del educando.

Trabajar las capacidades y las limitaciones de todos los estudiantes con agrupamientos heterogéneos, involucrando a los estudiantes en un trabajo asociativo y cooperativo, que logre los objetivos antes planteados por un lado y conviva con las diferencias por otro. Explorar caminos de entendimiento y tolerancia, con rigor académico para llegar a un destino de convivencia fraterna, de formación de ciudadanía.

Algunos aspectos importantes de metodologías y herramientas educativas que ayudan a trabajar la diversidad, y que puedes encontrarlas en Océano Educación son:

La diversidad es la vida misma, reconocerla y respetarla es parte de nuestros derechos fundamentales y universales como seres humanos y de las libertades fundamentales de los demás.